Muchas veces cuando "paseo" por el supermercado compro cosas de las que nunca he utilizado para hacer "comiditas" y luego pasa lo que pasa....llega la fecha de caducidad y como no he tenido tiempo pues llegan las prisas para utilizarlo. Estuve durante un tiempo oyendo y viendo recetas en las que utilizaban la crème fraîche, dulces-saladas-semi, así que al ver la tarrina dije...ésta es la mía. Con el paso del tiempo, al no haber anotado por ningún sitio mis fuentes pues no sabía en qué podía utilizarla; tampoco podía tirar de mi memoria -que últimamente está muy mal- así que dí rienda suelta a mi imaginación e hice un bizcocho, bueno dos, porque salío tanta masa que utilicé dos moldes pensando en hacer algo que no pude llegar a hacer. La imaginación no fué más allá de utilizar el sistema del bizcocho de yogur pero con el envase de crème fraîche que era de 250 ml., es decir el doble del yogur. El caso es que salió un bizcocho esponjoso, fresco y con un sabor estupendo. De hecho el bizcocho pequeño lo tengo congelado para la próxima merienda que haga con alguna amiga. Asi que, sin más, ahí va la receta:
Ingredientes: 1 tarro de creme frâiche de 250 ml, 3 medidas del tarro de harina, casi 2 medidas de azúcar, 2 sobres de azúcar avainillado y 1 medida de aceite, 2 huevos grandes, 1 sobre de levadura y ralladura de 1 limón.
Preparación: Batir con batidora de varillas (es más cómodo pero cada uno como tenga costumre) todos los ingredientes durante 6 o 7 minutos y volcar la masa en un molde previamente untado con mantequilla. Se calienta el horno a 160º turbo y, una vez caliente, se mete el molde durante 25 minutos aproximadamente bajando la temperatura a 145º. La primera vez que se haga vigilar a los 10 minutos para controlar bien el tiempo. Si el bollo no sube uniformemente es que la temperatura del horno no es la correcta. Si se queda hundido por el centro hay que subirla un poco.
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