Una receta estupenda para publicar en Nochebuena. Por el nombre de la receta habréis deducido que estas croquetas son de lo que llaman "aprovechamiento", yo lo llamo de "sobras".....un trozo hermoso de pollo y unos trozos de chorizo que eché de más en el cocido. Siempre lo hago para poder hacer croquetas y seguro que hoy por la noche os sobra algo: un trozo de carne asada o de pavo o de pescado.....los que tenemos la suerte de hacer una cena de Nochebuena en condiciones. El hacer croquetas me resulta un poco pesado pero es cuestión de estar muy inspirada y, aunque no sea muy difícil, lleva su tiempo y tienes que pensar que un día haces la masa y hasta el siguiente no les das forma....coordinar todo esto es un poco complicado en mi caso. Parece que acabo de descubrir la pólvora, qué os voy a decir que no sepáis....
En fin, que os digo como las hago yo. Además de deciros que no ha habido forma de hacer una fotografía de ellas hechas, se las iban comiendo....la próxima las haré a escondidas y colgaré las fotos.
Ingredientes: 800 cc de leche, 170 grs de harina, 150 grs del ingrediente que se quiera -en este caso el pollo y el chorizo, que eché más de 150 grs-, ½ cebolla pequeña, 2 huevos duros, 100 grs de mantequilla, pimienta y sal. (Cuidado con ésta última si el ingrediente elegido es jamón serrano).
Preparación: Se tuesta la harina en la mantequilla. Se añade la cebolla muy picada y se da vueltas. Se calienta aparte la leche y se incorpora de una vez cuando la harina esté tostada, se añade el pollo y el chorizo troceados menudamente, la pimienta, la nuez moscada y la sal, no dejando de remover. Esperamos a que vaya espesando y cuando tenga consistencia la masa se retira del fuego y se incorporan los huevos duros picados, mezclando bien. Se vierte la mezcla en una fuente y se deja enfriar para hacer las croquetas.
Dicen que para que la bechamel salga fina hay que incorporar la leche poco a poco, es decir echar un poco dar vueltas a la bechamel y hasta que no coja consistencia sin que haya grumos no echar más leche. A mí me funciona lo de incorporarla caliente de una vez sin dejar de remover, pero lo de siempre: cada uno lo que le vaya mejor.
Dar forma a las croquetas: Se coge con una cuchara un poco de masa, con la ayuda de otra cuchara se va dando la típica forma de croqueta –pasando la masa de cuchara a cuchara-. También se puede dar forma redonda como una albóndiga, depende un poco de cómo nos haya quedado de espesa la bechamel. Entonces se pasa por pan rallado, después por huevo batido y otra vez por pan rallado. Esto es lo que llaman doble empanado; el sencillo sería pasar la croqueta por el huevo batido (1º) y por pan rallado (2º). Con paciencia, alegría y esas cosas vas haciendo todas las croquetas. El tamaño, el que más te guste. Lo que suele pasar es las primeras son pequeñas y las últimas más grandes. Una vez preparadas, se pueden freír o congelar. Si vas a hacer lo segundo, las metes en el congelador en la fuente donde las estuvieras poniendo y una vez congeladas, las desprendes, con la ayuda de una cuchara, de la fuente y las metes en una bolsa de congelación. Cuando las vayas a freír no hace falta sacarlas mucho antes del congelador. Quedan muy bien.
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