Hay muchos platos de los que hago que han surgido de las prisas y, sorprendentemente, han salido muy bien y se han quedado aparcados en mi cocina. Éste es el caso de estas pechugas de pollo. Con la ayuda inestimable de las bolsas de plástico para asar en el horno quedan estupendas porque la carne ofrece más jugosidad al asarse en su propio jugo. Además están hechas en el microondas así que miel sobre hojuelas.
Ingredientes: Un par de pechugas grandes de pollo, sal, 1 o 2 cucharada sopera de una mezcla de especias -yo tengo el ras el hanout que compré en Marrakech pero sirve una mezcla que hagáis vosotros con las especias que más os gusten y con la proporción que queráis según vuestra preferencia-, una cucharadita de harina y un chorretón de aceite.
1 bolsa de asar en horno. Las de Mercadona van estupendamente.
Preparación: Se mete en la bolsa las especias junto con una cucharadita de harina y la cucharadita de sal y se agita para que quede todo mezclado, se meten las pechugas y se dan unas vueltas para que queden impregnadas con las especias y la sal. Se echa un poco de aceite y se cierra con la cinta de cierre. Se pincha con un alfiler unas cuantas veces la bolsa y se mete al microndas unos 10 minutos a media potencia. Una vez finalizado este tiempo se deja reposar y se vuelve a programar de 5 a 6 minutos más. Se nota que ya están asadas si notamos que la pechuga ha cogido consistencia y dureza. Si no fuera así se programarían unos minutos más. Se deja reposar un rato, se abre con cuidado encima de una fuente y ya solo queda filetear las pechugas. Hay veces que las sirvo con cous-cous, otras con puré de patatas, con papas, con patatas fritas, con ensalada...lo que os apetezca.
¿A que es fácil?
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