Esta receta me la facilitó una de nuestras sobrinas, Lorena. Ella es vegana y no come todo lo que comemos nosotros. La verdad es que ha quedado bastante bien, ya lo hemos probado y nos ha encantado. Estoy esperando que lo pruebe ella y nos dé el visto bueno, ya veremos. Además eso de que lo haya hecho el tío, no está mal. Con este bizcocho concursamos en la nueva edición de CARIS...Nosotros también! que han convocado Cris y Marta en su blog LA COCINA DE LA PINUINAS
Ingredientes: 1 yogur de soja, 2 medidas -de las del yogur- de harina de espelta (yo la compré en Carrefour), 1 medida de harina de trigo (para que no salga demasiado contundente el bizcocho por la espelta), 1 medida de azúcar moreno, 1 1/2 medida de leche/bebida de soja, 1 1/2 de aceite de girasol, 1 sobre de levadura, frutos secos, unos cuantos arándanos secos (esto es cosecha de mi marido) y para adornar o azúcar glas o coco rallado o sirope de fresa o cubriéndolo con 1/2 tableta de chocolate derretida. En el caso de mi Cari echó azúcar glas.
Preparación: Como la cuestión era batir casi todos los ingredientes utilizó la thermomix pero con una batidora manual más que de sobra. Echó en el vaso el yogur, la espelta, el trigo, el azúcar, el sobre de levadura, la leche de soja, el aceite.
Lo tuvo batiendo unos 4 minutos a velocidad entre 5 y 6. Mientras, untó mantequilla en un molde y le paso una cucharadita de harina para que luego no se pegara el bizcocho. Puso toda la masa en el molde, los frutos secos tendrían que haberse mezclado antes pero los puso encima de la masa, una vez en el molde. Dijo que era como un roscón de Reyes, que se le pone la fruta escarchada encima, jejeje.
Lo metió en el horno a 140º turbo unos 45 minutos, aunque vigilando porque ni yo sabía como iba a reaccionar un bizcocho con este tipo de harina. Y ya veis el resultado y os aseguro que está delicioso.
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