Mi madre me decía que no debía abandonar este mundo sin haber conocido este lugar. Que en él se respiraba una extraña paz que no había percibido en ninguna otra parte. Así que en la última oportunidad que estuve en el viejo continente, no dudé ni un instante que este iba a ser uno de mis destinos.
Montecassino es un pequeño pueblo de la region del Lacio, ubicado a unos 130 kmts al sur de Roma, que alberga varias reliquias sagradas en el monasterio de San Benito (480-543), el santo patrono de Europa y el fundador del monaquismo occidental. Desde su fundación en el 529 d.C, tuvo una historia turbulenta signada por repetidos ataques, saqueos y desastres naturales que la destruyeron completamente cuatro veces. Las tres primeras a manos de Longobardos, Sarracenos y un terremoto. La más reciente ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial. Una terrible batalla que dio lugar a grandes pérdidas de vidas y la destrucción completa de los edificios monásticos.
A pesar de sus reveses importantes y frecuentes, el monasterio siempre fue reconstruido y las reliquias de los Santos Benito y Escolástica han sobrevivido a través de todas las turbulencias. El edificio de hoy fue construido después de 1944.
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